Como otros tantos clubes de barrio, donde las cosas se hacen a pulmón y a puro sacrificio, el Club Italiano no quiso ser menos y remodeló su estadio. En una ardua tarea, que demandó más de ocho horas de trabajo, los jugadores de Primera, y los juveniles, pintaron toda la cancha. Entre risas y pinceles, dejaron la cancha en las mejores condiciones posibles.
La jornada arrancó a la mañana del domingo, y se extendió hasta las 20 horas aproximadamente, con un parate para compartir un asado y anécdotas entre los participantes.
¡Salute Ita, por más éxitos!
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